domingo, 6 de abril de 2014

OLIVER TWIST.

Charles Dickens y Mónica Armiño Yela. Anaya.

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Oliver Twist es la segunda novela del escritor inglés Charles Dickens, quien la inició en 1837, cuando apenas contaba veinticinco años. Se trata de una obra novedosa en la literatura inglesa por ser una novela de realismo social que tiene como protagonista a un niño. A los lectores españoles, esto no nos sorprende, pues tenemos novela social protagonizada por niños desde la época clásica, es decir, el siglo XVI; basta citar las novelas picarescas Lazarillo de Tormes, anónima, o Rinconete y Cortadillo, de Cervantes, uno de los autores favoritos del escritor inglés.

En efecto, Dickens tomó como modelo el mundo que le rodeaba y su propia experiencia, en especial el recuerdo de sus años infantiles. No tuvo que acudir a la imaginación para componer la trama argumental de su novela, la realidad se desbordaba ante sus ojos y lo que hizo fue seleccionar aquello que le interesaba. Así, decidió convertirse en el cronista de los pobres y desfavorecidos de la fortuna. Esto no quiere decir que la novela social pueda ser tomada como un documento histórico; no debemos confundir la historia con la literatura, esta última es verosímil, o sea, lo que cuenta podría haber sucedido; pero no es verdadera, como lo son los hechos históricos.

Como es norma en esta colección de Clásicos a Medida, la novela es una traducción y adaptación del original inglés. Algunos de los capítulos se han simplificado, a fin de que una obra tan extensa como esta pudiera caber en el reducido marco de estas páginas; pero es importante resaltar que ni el argumento ni su sentido último han sido en lo más mínimo alterados.

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