martes, 19 de julio de 2011

EL OSO DEL ABUELO.

Catharine Allison y Neil Reed. Juventud.

Uno de esos libros que gusta tocar (excelente papel), bonitas ilustraciones y tierna historia.

Imagen
 
Era la primera vez que Ruth se quedaba sola en casa de su abuelo. Dormía en la habitación que el abuelo tenía cuando era pequeño, pero ahora el cuarto parecía muy vacío. Ruth lamentaba no haberse llevado algunos de sus juguetes. No tenía ninguno para jugar y además no le gustaba estar sola a oscuras.
Pero pronto se le cerraron los ojos y se durmió enseguida.
De repente, Ruth oyó un ruido y abrió los ojos.
La luz de la luna se filtraba a través de las cortinas e iluminaba un armario abierto...
 
El oso del abuelo
 
Cuando su mano tocó el pelo del osito, Ruth notó un extraño cosquilleo. Y de repente, una ráfaga de viento se la llevó volando por los aires.
 
El oso del abuelo
 
Ruth va a dormir por primera vez a casa de su abuelo en la misma habitación que él tenía de pequeño. La niña la encuentra vacía y para colmo no había traído consigo ningún juguete. Acostada, los rayos de luna le muestran un armario que nunca había visto. En él encuentra un oso de peluche que de pronto cobra vida y se la lleva volando a un mundo habitado por juguetes antiguos. Es una noche mágica en la que marcha con soldados de plomo, conduce un tren de juguete, baila con una muñeca y pasan muchas cosas divertidas.
 
El oso del abuelo
 
Ilustraciones hiperrealistas recrean el paso del mundo cotidiano al territorio de la fantasía consiguiendo que la precisión de un estilo casi fotográfico desdibuje las fronteras entre uno y otro. De este modo, la representación del mundo onírico parece real y exhibe cómo Ruth vive una experiencia inolvidable de mano del viejo osito de peluche del abuelo que la lleva a un universo paralelo donde los juguetes cobran vida y ella es el centro de atención y reina de una noche tan especial.
 
El oso del abuelo
 
 

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